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Prevención y tratamiento de las infecciones urinarias durante el verano

Prevención y tratamiento de las infecciones urinarias durante el verano

Las infecciones urinarias, también conocidas como cistitis, son un problema muy común en mujeres de todas las edades. Sin embargo, aunque podemos sufrir una infección urinaria en cualquier momento del año, es en verano cuando se percibe un incremento mayor del número de casos. Esto se debe a diversos factores, como el calor y la humedad, una mayor frecuencia de relaciones sexuales y las visitas a las piscinas. 

La cistitis es una infección de la vejiga, que puede ser causada por bacterias como la E.coli, que acceden a la uretra y ascienden hacia la vejiga. En algunos casos también ocurre debido a la irritación. Aunque no es una infección vaginal en sí misma, puede causar síntomas similares, como dolor o ardor al orinar y la necesidad frecuente de orinar. En comparación a los hombres, las mujeres son más propensas a desarrollar cistitis, ya que tienen una uretra más corta que facilita la entrada de las bacterias.

La infección de orina ocasionada por las relaciones sexuales, también llamada cistitis postcoital, ocurre mayoritariamente debido al roce y al arrastre de las bacterias a la uretra. Si no cuidamos nuestra higiene ni vamos al baño tras mantener relaciones sexuales, es muy probable que ocurra.

En este artículo, analizaremos las causas de las infecciones urinarias en verano, cómo prevenirlas y cómo tratarlas adecuadamente.

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Síntomas de la infección urinaria

Como ya hemos mencionado, las infecciones urinarias son más comunes en mujeres, pero ¿cuáles son los síntomas que experimentan? Pueden afectar tanto al tracto urinario inferior (vejiga) como al tracto urinario superior (riñones). Los síntomas más frecuentes de una infección urinaria incluyen:

  • Ardor o dolor al orinar.
  • Aumento de la frecuencia en ir a orinar (cada hora o cada media hora).
  • Ganas de orinar constantes y no poder hacerlo (llamado “tenesmo”).
  • A veces, puede haber sangre en la orina.
  • Fiebre en los casos más graves e infección en los riñones si dejamos que se propague.

Factores de riesgo de las infecciones urinarias en verano

El verano es una época propicia para el desarrollo de infecciones urinarias debido a varios factores, como:

  • Calor y humedad: Estas condiciones favorecen la proliferación de bacterias y la alteración del equilibrio de la flora vaginal, puesto que el ambiente que se genera es propicio para que se multipliquen. Esto puede causan una infección urinaria cuando las bacterias son arrastradas hasta la uretra.
  • Visitas a piscinas públicas: La cloramina (mezcla de cloro y restos orgánicos) y otras sustancias presentes en las piscinas, así como la cantidad de personas compartiendo el mismo espacio, pueden incrementar el riesgo de infecciones.
  • Bañadores húmedos: El uso prolongado de los bañadores en verano, especialmente cuando los llevamos todo el tiempo húmedos, puede generar un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias en la zona íntima.
  • Hidratación insuficiente: Durante el verano, se pierden líquidos por el sudor, lo que puede llevar a una disminución en la frecuencia de la micción, favoreciendo la aparición de infecciones urinarias.

Cómo prevenir las infecciones urinarias durante el verano

Para reducir el riesgo de infecciones urinarias en verano, se recomienda seguir algunas pautas:

  • Mantener una adecuada hidratación: Beber al menos 2 litros de líquidos al día, especialmente agua, para favorecer la eliminación de bacterias a través de la orina.
  • Cambiar el bañador húmedo: Evitar pasar mucho tiempo con el bañador húmedo y cambiarse a ropa seca después de nadar en la piscina o en la playa.
  • Mantener una higiene íntima adecuada: Utilizar productos de higiene íntima suaves que no alteren el pH fisiológico de la vagina y ayuden a preservarlo, y evitar duchas vaginales.
  • Evitar la ropa ajustada: La ropa ajustada puede generar más sudoración en la zona íntima, lo que puede favorecer la aparición de infecciones urinarias.
  • Orinar antes y después de las relaciones sexuales: Esta práctica puede ayudar a prevenir la introducción de bacterias en el tracto urinario.
  • Evitar el uso de espermicidas o diafragmas vaginales: Estos productos pueden alterar la microbiota vaginal y aumentar el riesgo de infecciones urinarias.

Tratamiento de las infecciones urinarias en verano

Si se presentan síntomas de una infección urinaria, es importante acudir al médico para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuado. La duración del tratamiento dependerá del tipo de infección y de la gravedad de los síntomas. Cabe destacar que no todas las cistitis se generan debido a las bacterias. En ocasiones, son fruto de la irritación de la vejiga.

En general, las infecciones urinarias se tratan con antibióticos, pero existen otras opciones, especialmente si somos propensos a contraer cistitis. Además del tratamiento farmacológico, existen productos como Urocran, o Urocran Forte en el mercado, que actúan como coadyuvante al tratamiento de las infecciones de orina recurrente y ayudan a prevenir la cistitis, independientemente de la época del año. 

Además, tomando Urocran Forte, podríamos llegar a eliminar la necesidad de tomar antibióticos, puesto que estaríamos previniendo las infecciones antes de que ocurran. Su fórmula contiene D-Manosa, probióticos específicos estudiados en E.coli y extracto de arándano rojo. Estos 3 ingredientes contribuyen al funcionamiento normal del tracto urinario, así como del sistema excretor e inmunitario.

Importancia del tratamiento farmacológico

Aunque existen múltiples opciones naturales para tratar las infecciones urinarias en verano, es importante destacar que no sustituyen el tratamiento farmacológico. Los antibióticos son la primera opción en estos casos, y la elección dependerá del agente causal y de la gravedad de la infección. En este sentido, la evaluación por parte de un médico especialista es insustituible.

Conclusión

Las infecciones urinarias en verano son un problema común que puede prevenirse y tratarse con éxito si se siguen las pautas adecuadas. Mantener una buena higiene íntima, beber suficientes líquidos, cambiar el bañador húmedo y evitar el uso de productos irritantes son prácticas esenciales para reducir el riesgo de infecciones urinarias durante la temporada estival. En caso de presentar síntomas, es fundamental acudir al médico para recibir un tratamiento farmacológico adecuado y seguir las recomendaciones para prevenir futuras infecciones.

Recuerda que si tienes dudas o sospechas de una infección urinaria, siempre debes acudir al médico en primera instancia para un diagnóstico y tratamiento adecuado.

En caso de recurrencias, algo muy común en cistitis, tener siempre a mano Urocran Forte puede ser de gran utilidad, ya que si se empieza a tomar al inicio de los primeros síntomas, es muy probable que no se llegue a necesitar el antibiótico. 


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Entender la cistitis: Causas, síntomas y opciones de tratamiento

Entender la cistitis: Causas, síntomas y opciones de tratamiento

Introducción a la cistitis

La cistitis, también conocida como infección o inflamación de la vejiga, afecta a millones de personas en todo el mundo. Se trata de un problema común que puede afectar tanto a hombres como a mujeres, aunque las mujeres son más propensas a padecerla. Puede ser una afección dolorosa e incómoda, pero no suele ser grave y normalmente tiene fácil solución.

Estas son las causas, los síntomas y las opciones de tratamiento de la cistitis.

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¿Qué es la cistitis y cuáles son sus causas?

La cistitis es la inflamación de la vejiga causada por una infección o irritación. Puede estar causada por una infección bacteriana, como una infección del tracto urinario (ITU), o por factores no infecciosos, como la irritación producida por determinados productos o afecciones médicas.

Las ITU son la causa más frecuente de cistitis y están provocadas por bacterias que penetran en la vejiga a través de la uretra. Las mujeres son más propensas a las ITU porque tienen la uretra más corta, lo que facilita la entrada de bacterias en la vejiga. Otros factores que pueden aumentar el riesgo de padecer ITU son la actividad sexual, la menopausia y determinadas afecciones médicas, como la diabetes.

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Escherichia Coli

Por otra parte, la cistitis intersticial, también conocida como síndrome de vejiga dolorosa, es una enfermedad crónica que provoca inflamación e irritación de la pared de la vejiga. Se desconoce la causa exacta de este tipo de cistitis, pero se cree que está relacionada con una respuesta inmunitaria anormal o un defecto en el revestimiento protector de la vejiga.

Síntomas de la cistitis

Los síntomas de la cistitis pueden variar en función de la causa y la gravedad de la afección. Los más comunes incluyen:

  • Dolor o molestias en la parte baja del abdomen o la pelvis
  • Micción frecuente
  • Necesidad urgente de orinar
  • Sensación de quemazón o escozor al orinar
  • Orina turbia o con sangre
  • Orina con olor fuerte
  • Dolor durante las relaciones sexuales (en mujeres)

Si no se trata a tiempo, la cistitis puede provocar complicaciones más graves, como daños renales o infecciones de riñón.

Tipos de cistitis: Infección del tracto urinario y Cistitis intersticial

Como ya hemos comentado antes, existen dos tipos principales de cistitis: la infección del tracto urinario y la cistitis intersticial.

La infección del tracto urinario (ITU) es el tipo más común de cistitis y está causada por una infección bacteriana. Puede tratarse con antibióticos y suele desaparecer en pocos días. Sin embargo, cuando no se trata, la infección suele extenderse hacia los riñones.

La cistitis intersticial (CI) es una enfermedad crónica que provoca inflamación e irritación de la pared de la vejiga. No está causada por una infección, por lo que no puede tratarse con antibióticos. Las opciones de tratamiento de la CI se centran en controlar los síntomas en la medida de lo posible para mejorar la calidad de vida.

Diagnóstico de la cistitis

La cistitis puede diagnosticarse mediante un examen físico, el historial clínico y análisis de orina. Durante un examen físico, un profesional sanitario comprobará si hay sensibilidad o dolor en la parte inferior del abdomen o la pelvis. El historial médico ayudará a determinar si existen factores de riesgo de ITU u otras enfermedades que puedan estar causando los síntomas.

Los análisis de orina, como el urianálisis y el urocultivo, identifican la presencia de bacterias u otras anomalías en la orina. También pueden solicitarse pruebas de imagen, como ecografías o cistoscopias, para descartar otras afecciones.

Opciones de tratamiento para la cistitis

Las opciones de tratamiento para la cistitis dependen de la causa y la gravedad de la afección. En los casos de ITU, suelen recetarse antibióticos para eliminar la infección. También pueden recetarse analgésicos para aliviar las molestias al orinar.

Por su parte, aunque la cistitis intersticial no tiene cura, existen varias opciones de tratamiento para controlar los síntomas. Entre ellas están la instilación vesical, la distensión vesical y la medicación para reducir la inflamación.

Consejos para la cistitis

Los siguientes consejos podrían ayudarte a reducir el riesgo de contraer cistitis o, en caso de tenerla, controlarla:

  • Beber mucha agua para eliminar las bacterias
  • Orinar con frecuencia para evitar la acumulación de bacterias en la vejiga.
  • Limpiarse de delante hacia atrás después de ir al baño para evitar que las bacterias entren en la uretra.
  • Evitar irritantes, como productos perfumados o baños de burbujas, que pueden irritar la vejiga.
  • Vaciar la vejiga antes y después de mantener relaciones sexuales para reducir el riesgo de infecciones urinarias.
  • Llevar ropa interior limpia y de algodón, y evitar la ropa ajustada.
  • Practicar sexo seguro para reducir el riesgo de infecciones de transmisión sexual
Recuerda que prevenir la cistitis pasa por llevar a cabo una serie de cambios en tu estilo de vida y mantener una higiene adecuada.

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